Por Karina Arenas
El vestuario indígena es sin lugar a dudas una expresión artística, que mezcla misticismo y religión de los nativos de esta tierra nuestra. Encontramos una hermosa e interesante fusión de motivos mayas y españoles, y de estilos basados en atuendos originales precolombinos combinados con los coloniales y otras innovaciones recientes.
El vestuario indígena es sin lugar a dudas una expresión artística, que mezcla misticismo y religión de los nativos de esta tierra nuestra. Encontramos una hermosa e interesante fusión de motivos mayas y españoles, y de estilos basados en atuendos originales precolombinos combinados con los coloniales y otras innovaciones recientes.
Para su confección se
utilizan materiales como el henequén y el algodón, que son conocidos
desde la época maya; el uso de
lana y de seda, que fueron introducidos por los conquistadores y actualmente el
uso de fibras sintéticas como el rayón,
la sedalina y la lustrina.
En cuanto a los colores,
estos también tienen su antecedente histórico.
En la época precolombina conocieron el rojo, el blanco, el amarillo y el
negro, que eran los colores sagrados de la guerra, de la vida representada en
el maíz, y de la muerte. Aun entonces
el tinte rojo, probablemente fue preparado utilizando la cochinilla, que
posteriormente sería el tinte de exportación más importante de Guatemala.
También se utilizaban
tintes extraídos de conchas marinas, del añil (arbusto de tinte o tinta) y de
la corteza de ciertos arboles, tales como el campeche, el moral y el marañón. Por otra parte empleaban el algodón en color
café natural. Actualmente se utilizan pigmentos de diferente procedencia,
algunos con tonalidades chocantes e incluso fluorescentes.
Con el transcurso del
tiempo nos damos cuenta que el traje
indígena es un arte vivo que no se ha estancado ni perdido, sino que ha
evolucionado.
El origen de los trajes
indígenas no es muy claro. Por los
dibujos y relieves encontrados en las vasijas y en las estelas, se sabe que los
mayas, de acuerdo con su categoría social dentro de la comunidad, usaban
túnicas tejidas que estaban adornadas con tintes y plumas, piedras de vivos
colores y piel de conejo.
Los mayas conocían muy bien
el uso de sellos cilíndricos para rematar los bordes de los tejidos con motivos
repetidos. También eran expertos en el
uso de las plumas de pájaros, las cuales usaban para bordar y, además, las
entrelazaban o entretejían para hacer adornos y penachos para sus nobles y
guerreros.
Cuando arribaron los
conquistadores encontraron a los indígenas de las varias tribus descendientes
de los mayas vestidos con túnicas tejidas de algodón y henequén, que
confeccionaban en telares similares a los “de palitos” que se usan hoy en día.
Las monjas y los misioneros
que siguieron a los conquistadores instruyeron a los indígenas para que
perfeccionaran su técnica en la costura, en el uso del telar de cintura un poco
más moderno y en el telar de pie.
Muchos pueblos modificaron
el diseño y estilo de sus trajes, lo mismo que la forma de amarrar las fajas o
colocar los tzutes, y sobre todo los diseños de los huipiles, cuyos motivos y
forma de usarse daban a conocer la categoría social de quienes las
llevaban. A los españoles del tiempo de
la colonia, les convenía mucho saber a cuales pueblos pertenecían sus esclavos
y/o trabajadores indígenas. Lo que conocemos como Repartimientos.
Hoy en dia la autenticidad de los trajes ha decaído
debido al desarrollo, a la facilidad de comunicación que permite una mayor
relación entre pueblos, al poco interés que algunos indígenas tienen en conservar
su traje tradicional, al costo de los
materiales utilizados, y a veces a la comodidad o preferencia de ponerse el huipil
de una aldea con la falda de otra.
Los trajes tradicionales son
elaborados en telares. Los más caros y
codiciados se fabrican en telares de cintura, también conocidos como “de
palitos” o “de mecapal”.
Son hechos casi siempre por
la mujer, y su elaboración puede tardar de tres a ocho meses, sobre todo en el
caso de los huipiles y tzutes. Otros son
elaborados por los hombres en telares de pie, en menos tiempo. Los más modernos y más baratos son hechos en
telares industriales.
La mayoría de los trajes
que parecen estar bordados a mano, en realidad son trabajos en el telar con una
técnica conocida como “brocado”, en la que hilos de diferentes calibres,
materiales y colores son llevados a la trama original.
En la mayoría de los casos
el bordado a mano es reservado para rematar las aberturas de cuello y de las
bocamangas de los huipiles, y para adornar las uniones de los lienzos de las
faldas, huipiles, tzutes, etc.
Si conocemos el origen y el
significado de cada una de estas prendas, podremos vestirlas y llevarlas con
orgullo, ya que somos nativos de nuestra bella Guatemala.
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