(Tomado de Prensa Libre - 30 de Enero 2010 - Guatemala)
Con agradable sorpresa recibí de una lectora de Nicaragua y por medio de un distinguido amigo el libro Popol Vuh: visiones y versión del iluminador antes llamado ilustrador Nivio López Vigil. Al pintor y autor del libro no lo conozco personalmente, pero sé quién es por las ilustraciones que ha realizado de otros libros y porque en un proyecto que quedó en suspenso iba a ilustrar una versión bilingüe guatemalteca del mismo libro, en k’iche’ y español, pero para proyectos educativos de esta naturaleza aquí no hay dinero.
El autor del nuevo texto nació en La Habana y vive en Madrid. No ha vivido en Guatemala pero ama este país “hasta atreverse con el Popol Vuh”, como se dice en aquel libro, y “piensa que es lo mejor que ha hecho”. El libro fue publicado en Nicaragua por el Fondo Editorial: Libros para Niños. Igual como el fondo editorial que NO existe en Guatemala. Aquí no se reparten libros, pero se regalan magdalenas.
El libro no es una narración estricta del Popol Wuj, sino extractos del documento con unas ilustraciones hermosas que cubren dos páginas. Impresiona ver cómo el texto escrito ha inspirado al pintor a darle colorido y forma a cada pasaje escrito para que los lectores se imaginen el resto. Es obvio que el pintor ha leído distintas versiones para no seguir a determinado autor. Así encontramos que no escribe de leones ni tigres sino de pumas y jaguares, como también vemos una calabaza, “cabezacalabaza” en la reconstrucción de la cabeza de Junajpu y simpáticas criaturas del reino animal viendo el evento. En esas pinturas percibimos animales y humanos en movimiento, como donde se ilustra el baile del pujuy, de la comadreja, del armadillo, del ciempiés y de los zancos. La unidad que se forma en una lámina cuando los gemelos tratan de volver a la vida a sus padres y la admiración de la abuela viendo las plantas de maíz florecer. La representación de los cuatro padres primigenios creados es distinta al de las cuatro madres primigenias envueltas en hojas de maíz a colores y la anticipación de que “por ellas, por ellos fuimos gente Quiché [sic]. Y fuimos Todos.” En un resumen de arte se representa al Pisom Q’aq’al o “Envoltorio Sagrado” y se dice que allí quedó guardada la historia k’iche’. Por ratos el lenguaje es coloquial, como eso de que a Wuqub Kak’ix le arrancó el brazo a Junajpu “de un viaje” o que el primero “cayó de papo en la trampa”. Eso le da gracia al texto. Otra de las frases que me llamó la atención es cuando los héroes gemelos después de haber pasado prueba tras prueba en Xibalba se preguntan: “¿Tendrá fin esto?” Este es un libro con la versión del pintor y autor. De esa cuenta se representan varios seres de barro, aunque en el Popol Wuj se menciona a un único ser hecho de tierra. El autor confiesa: “Media vida me ha acompañado por dentro y por fuera, y ahora celebro que sea en tierras mayas centroamericanas, donde se multiplique este Libro de Todos”. ¡Qué envidia, patria! Lo menos que puede hacer ahora el Ministerio de Educación es comprar los derechos de autoría y brindar a cada niño del sistema educativo guatemalteco un ejemplar. A ver si es cierto que tenemos a un ministro de Educación ¡educado!
KAQIL BA NA we ri a Bienvenido man kuxe’j ta rib che relesaxik uwach ri wuj ri’ cha’ ri ak’alab kimajij retamaxik kina’oj ojer qanan qatat. Man nim taj rajawaxik xaqxwi uloq’ik uchak ri ajtz’ib. Ojer kanoq ajtz’ib are ri kutz’ibaj ruk utz’aj uchomanik rumal k’u wa’ xaq jun tzij kibanixik: ri ajtz’aj kuztibaj uchomanik ruk bonoj, ruk yokolajik. Nukikotemal ba ruk’ a Nivio López Vigil.
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